jueves, 6 de noviembre de 2008

Mosiah 4, 9-15

(Padre Antonio Perdomo con su familia)


Es cierto que como cristiano ortodoxo no creo que el Libro de Mormón sea inspirado en el mismo sentido en que sí lo es la Santa Biblia. Pero eso no significa que no reconozca la inspiración de su autor (uno o más cristianos de la primera mitad del siglo XIX). Este pasaje del libro de Mosiah es verdaderamente hermoso y esclarecedor sobre cuales son las bases que fundan una buena paternidad...


Fundados en el Evangelio, con una intensa experiencia espiritual, es la única forma de ser un buen padre... La oración, es decir la constante práctica de la presencia de Dios, es la esencia de todo. Quien ora es capaz de enseñar y dar ejemplos concretos de vida. Sólo quien está en intima relación con la Santísima Trinidad es capaz de transmitir la bondad de la única verdad.



Creed en Dios; creed que él existe, y que creó todas las cosas, tanto en el cielo como en la tierra; creed que él tiene toda asabiduría y todo poder, tanto en el cielo como en la tierra; creed que el hombre no bcomprende todas las cosas que el Señor puede comprender. Y además, creed que debéis aarrepentiros de vuestros pecados, y abandonarlos, y humillaros ante Dios, y pedid con sinceridad de corazón que él os bperdone; y ahora bien, si ccreéis todas estas cosas, mirad que las dhagáis. Y otra vez os digo, según dije antes, que así como habéis llegado al conocimiento de la gloria de Dios, o si habéis sabido de su bondad, y aprobado su amor, y habéis recibido la bremisión de vuestros pecados, lo que ocasiona tan inmenso gozo en vuestras almas, así quisiera que recordaseis y retuvieseis siempre en vuestra memoria la grandeza de Dios, y vuestra propia cnulidad, y su dbondad y longanimidad para con vosotros, indignas criaturas, y os humillaseis aun en las profundidades de la ehumildad, finvocando el nombre del Señor diariamente, y permaneciendo firmes en la fe de lo que está por venir, que fue anunciado por boca del ángel. Y he aquí, os digo que si hacéis esto, siempre os regocijaréis, y seréis llenos del aamor de Dios y siempre bretendréis la remisión de vuestros pecados; y aumentaréis en el conocimiento de la gloria de aquel que os creó, o sea, en el conocimiento de lo que es justo y verdadero. Y no tendréis deseos de injuriaros el uno al otro, sino de vivir apacíficamente, y de dar a cada uno según lo que le corresponda. Ni permitiréis que vuestros ahijos anden hambrientos ni desnudos, ni consentiréis que quebranten las leyes de Dios, ni que bcontiendan y riñan unos con otros y sirvan al diablo, que es el maestro del pecado, o sea, el espíritu malo de quien nuestros padres han hablado, ya que él es el enemigo de toda rectitud. Mas les aenseñaréis a bandar por las vías de la verdad y la seriedad; les enseñaréis a amarse mutuamente y a servirse el uno al otro.



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